jueves, 12 de septiembre de 2013

No tan distintos - en el Suple Cultura de Tiempo Argentino



No tan distintos


Una mujer. Vio a una mujer, atrás de un vidrio empañado. Un segundo antes de todo. En realidad no supo si estaba empañado o era el reflejo del sol. Se asomó por la vidriera. Apareció ahí entre los carteles de moda, esa moda obscena, infiel. Miraba a la gente moviéndose como todos los días en el templo del consumo. "Irán al infierno". ¿Esa gente sabía por qué se estaba yendo? Ellos esperaban. La camioneta en marcha. No queremos más guerras. Zaid se distrajo con un avión que surcó el cielo como una virgen haciendo ala delta. Una imagen de su infancia, antes de entrar de lleno a la yihad. La mujer, con la mirada perdida en algún punto, parecía estar diciendo: "Mirá tu libro de reglas... Decime lo que ves. ¿Sos tan diferente? ¿No sos igual a mí?" Se le oprimió el pecho. Esa mujer podría haber sido su madre, podría haber sido su hermana. Pero era una de ellos. Estaba del otro lado del vidrio junto con todos los que no merecen piedad. La camioneta en marcha. La "lapa" ahí, latiendo como un ojo blindado. Su compañero Hassan repasaba unos versos del Libro. Zaid empezó a dudar. Tenían diecisiete años y estaban a miles de kilómetros de casa. La duda es para los cobardes. Pero esa mujer ahí. Como la flor de un jardín primitivo. Podría ser su madre. Podría ser Maryam, que era tan bonita que le hacía latir el corazón como una ráfaga de balas en pleno entrenamiento. Pero no. En ese preciso instante ella alzó la vista y sus miradas se cruzaron. ¡Por Alá! ¿Qué me pasa?, quiso gritar. Quiso salir corriendo y salvarla. Y salvarse. Aunque se estuviera condenando. Pero no. Hassan accionó el detonador.
 
Sebastián Pandolfelli es escritor. Su última novela es Choripán social (editorial Wu Wei).

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